Investigadores de universidades nacionales han decidido responder a las críticas del presidente Javier Milei, quien sugirió que los científicos deberían "publicar libros", con un enfoque en la innovación y el desarrollo aplicado al sector agropecuario. Ante los recortes presupuestarios impulsados por el gobierno, estos profesionales están demostrando cómo sus investigaciones pueden aportar soluciones concretas a los desafíos del agro en Argentina. Luis Wall, reconocido investigador de la Universidad de Quilmes, enfatiza que "hacer ciencia es hacer política", resaltando la importancia del apoyo estatal para llevar a cabo investigaciones que impacten directamente en la salud de los suelos y la producción agrícola.
Los avances en ciencia aplicada al agro, como el trabajo de la bióloga Carla Zilli en plasmas fríos para sanear semillas y la enzima descubierta por Ignacio Lescano López que mejora la viabilidad de semillas almacenadas, son ejemplos claros de la capacidad de respuesta del sector. Estas innovaciones no solo son valoradas por productores y empresas del campo, sino que también representan un contraste con la visión del presidente sobre el papel de la ciencia. Mientras Milei desestima el trabajo de los investigadores, ellos continúan desarrollando soluciones que son cruciales en un contexto de cambio climático y crisis ambiental.
El compromiso de estos científicos va más allá de la investigación; buscan colaborar con el mercado y hacer que sus hallazgos tengan un impacto directo en la agroindustria. Desde el desarrollo de un trigo resistente a la sequía hasta una nueva variedad de soja que maximiza la producción, los investigadores están demostrando que la ciencia puede y debe jugar un papel central en el desarrollo sostenible del país. A pesar de las dificultades y la falta de financiamiento, su dedicación y esfuerzo continúan generando avances que benefician a la economía y al medio ambiente.
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