La Casa Rosada organizó un desfile para conmemorar el Día de la Independencia que generó controversia y críticas por su parafernalia militar y gestos nostálgicos hacia la dictadura. Entre los participantes, se destacaron pancartas en apoyo a los golpistas carapintadas y retirados acusados de torturas durante la guerra de Malvinas, además de una procesión de coches Ford Falcon por Avenida Cabildo.
La iniciativa fue duramente cuestionada por organismos de derechos humanos y figuras públicas como Taty Almeida, quien calificó la movilización como una "fantochada" que movilizó recursos significativos del Estado en un contexto económico complicado.
El presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel se destacaron en el evento, incluso desfilando en un Tanque Argentino Mediano. La presencia de altos funcionarios del gobierno y el despliegue militar generaron reacciones encontradas en la sociedad argentina, marcando un evento polémico en la agenda política nacional.
Todos los derechos compartidos